martes, 24 de septiembre de 2013

Serie Padres de la Iglesia: Carta de San Atanasio sobre la interpretación de los Salmos

De la Guía práctica de los Padres de la Iglesia  de Hamman:

"Alejandría conoció en la antigüedad cristiana una estirpe de hombres ilustres por su cultura, su acción y su santidad. Allí se sucedieron en el siglo tercero Clemente y Orígenes, que formaron escuela. La ciudad es célebre desde entonces por su tradición teológica. Atanasio es de una generación más joven. De pequeño conoció la persecución que, lejos de atemorizarle aceró su carácter hasta la intransigencia, cosa que le reprocharán sus adversarios. Con la inflexibilidad del mártir defenderá la ortodoxia del Concilio de Nicea. Toda su existencia está consagrada a combatir la herejía arriana, que negaba la divinidad de Cristo.

Atanasio es más egipcio que griego. Habla corrientemente el copto y lo escribe. Ha nacido en medio un pueblo al que conoce bien y cuya lengua habla aprendida sin duda en la calle. Tiene al pueblo sus manos y cuando es preciso lo sabe manejar como un tribuno. Y el pueblo le permanecerá fiel en medio de todas las vicisitudes de su agitada vida.

La mayor parte de las obras teológicas se esfuerzan en refutar el arrianismo y en defender la fe de Nicea. El obispo de Alejandría tiene conciencia de que se juega la esencia del cristianismo. En primer lugar escribió tres discursos contra los arríanos, que dan una síntesis de la teología trinitaria. Atanasio desarrolla el mismo tema en una serie de cartas.

Este luchador no podía contentarse con exposiciones irénicas. A lo largo de las querellas arrianas se confirma como un violento polemista. Tiene respuestas duras. Egipto no nos ofrece apenas modelos de mansedumbre.
Atanasio encuentra una especie de placer en la lucha. El mismo nos confiesa: «No me canso, sino que por el contrario gozo defendiéndome».

En todas sus obras Atanasio aparece como un luchador. Ama la lucha, pega fuerte, no teme los golpes, está dispuesto a soportarlos y presto a devolverlos multiplicados. Es capaz de emoción y de sensibilidad…
Es conciso sin sequedad. No pretende conmover sino convencer. Razona y prueba. Procura decir la última palabra.
Admirado por los contemporáneos por la firmeza de una acción que ningún revés ni golpe puede parar, Atanasio fue aclamado en la historia como «pilar de la Iglesia»."

Publicamos este mes "Carta de San Atanasio sobre la interpretación de los Salmos"  acompañada de una breve marco histórico y una biografía del santo. Ilustra la publicación la obra de la artista plástica Prof. Sara Calarco.


lunes, 23 de septiembre de 2013

Serie Padres de la Iglesia: Cartas de San Ignacio de Antioquía

De la Guía práctica de los Padres de la Iglesia  de Hamman tomamos estos párrafos referidos a san Ignacio de San Ignacio de Antioquía, de quien publicamos sus 7 cartas.

"San Ignacio es obispo de Antioquía en los comienzos del siglo segundo, en el momento en que la Iglesia cumple cincuenta años de existencia. es sin duda, junto con el Papa Clemente de Roma, el primer escritor de la Iglesia, venido del paganismo, preparado por los filósofos griegos. Al expresar el más puro amor a Cristo, la lengua y el pensamiento griegos reciben su consagración suprema. Sirven en adelante a una Señor nuevo, que ha bautizado con su sangre el mundo gentil con todos sus valores auténticos.
La Iglesia que gobierna el joven obispo es de origen estrictamente helénico. Es testigo del primer progreso de la evangelización. Desde finales del siglo primero los cristianos no se contentan con integrar las figuras relevantes, saben ponerlas al frente del timón. Ignacio hace que se enriquezcan con una personalidad de incomparable calidad.
En tiempo del emperador Trajano (85-117), Ignacio es arrestado, juzgado y condenado a las fieras. Toma el camino de los confesores de la fe y será ejecutado en Roma, que se reserva las víctimas de más prestigio. 
Ignacio no tiene más pasión que la de imitar a Cristo. Es para seguirle perfectamente por lo que aspira al martirio y a dar su vida como El: perderlo todo para encontrar a Cristo: «Que nada visible o invisible me impidan alcanzar a Cristo. Que todos los tormentos del diablo caigan sobre mí, con tal de que yo llegue a Cristo... Es más glorioso para mí morir por Cristo que reinar hasta los confines de la tierra. A El es a quien yo busco, a ese Jesús que ha muerto por nosotros. A El es a quien yo quiero, a El que ha resucitado por causa nuestra. Ahora es el momento en el que comenzaré a vivir» (Carta a los Romanos 5,3; 6,1-2).
A todas las comunidades les recomienda la caridad. Esta palabra se repite como un estribillo, resume para él la fe que quema su corazón. La fe es el principio, la caridad, la perfección. «La unión de las dos es Dios mismo; las otras virtudes les acompañan para conducir al nombre a la perfección» (Carta a los Efesios 14)."








domingo, 8 de septiembre de 2013

Magnificat




Magnificat anima mea Dominum,
et exultavit spiritus meus in Deo salutari meo,
quia respexit humilitatem ancillae suae.
Ecce enim ex hoc beatam me dicent
omnes generationes, quia fecit mihi magna
qui potens est, et sanctum nomen eius,
et misericordia eius
ad progenie in progenies timentibus eum.
Fecit potentiam in brachio suo,
dispersit superbos mente cordis sui,
deposuit potentes de sede,
et exaltavit humiles,
esurientes implevit bonis,
et divites dimisit inanes.
Suscepit Israel puerum suum
recordatus misericordiae suae,
sicut locutus est
ad patres nostros
Abraham et semini eius in saecula.


Μεγαλύνει ἡ ψυχή μου τὸν Κύριον
καὶ ἠγαλλίασεν τὸ πνεῦμά μου ἐπὶ τῷ Θεῷ τῷ σωτῆρί μου,
ὅτι ἐπέβλεψεν ἐπὶ τὴν ταπείνωσιν τῆς δούλης αυτοῦ.
ἰδού γὰρ ἀπὸ τοῦ νῦν μακαριοῦσίν με πᾶσαι αἱ γενεαί,
ὅτι ἐποίησέν μοι μεγάλα ὁ δυνατός,
καὶ ἅγιον τὸ ὄνομα αὐτοῦ,
καὶ τὸ ἔλεος αὐτοῦ εἰς γενεὰς καὶ γενεὰς
τοῖς φοβουμένοῖς αυτόν.
Ἐποίησεν κράτος ἐν βραχίονι αὐτοῦ,
διεσκόρπισεν ὑπερηφάνους διανοίᾳ καρδίας αὐτῶν•
καθεῖλεν δυνάστας ἀπὸ θρόνων
καὶ ὕψωσεν ταπεινούς,
πεινῶντας ἐνέπλησεν ἀγαθῶν
καὶ πλουτοῦντας ἐξαπέστειλεν κενούς.
ἀντελάβετο Ἰσραὴλ παιδὸς αὐτοῦ,
μνησθῆναι ἐλέους,
καθὼς ἐλάλησεν πρὸς τοὺς πατέρας ἡμῶν
τῷ Αβραὰμ καὶ τῷ σπέρματι αὐτοῦ εἰς τὸν αἰῶνα

lunes, 2 de septiembre de 2013

Serie Padres de la Iglesia




1. Cartas  de San Ignacio de Antioquía.

2. Carta de San Atanasio de Alejandría sobre la interpretación de los salmos.

3. Cartas de San Clemente Romano

4. Apología Primera de san Justino Mártir.

5. Fragmentos del Protréptico  de San Clemente de Alejandría.

6. Textos escogidos de San Cipriano de Cartago.

7. Fragmentos de la Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea.

8. Fragmentos de Catequesis de San Cirilo de Jerusalén.

9. Sermón "Atiende a ti mismo" de San Basilio de Cesarea (el Magno).

10. Textos escogidos de San Gregorio  Nacianceno.

11. La meta divina y la vida conforme a la Verdad de San Gregorio de Nisa.

12. Homilías de San Juan Crisóstomo